Desafío al orden Olímpico. Agua, caos y corceles en el carácter y personalidad mítica de Posidón
Autor
López Saco, JulioFecha
2020Resumen
En el principal acto regulador para sostenerel orden olímpico,el reparto del mundo con Zeus
y Hades, a Posidón le corresponde el ámbito de las aguas. Su nombre, ciertos epítetos y varios
episodios míticos apuntan facetas asociadas a la deidad, como los caballos, los toros y los terremotos. Este aspecto polifacético, clave para entender su personalidad y carácter, presenta además
un arcaico y agreste poder vinculado con la fuerza del caos, que lo aleja de la comunidad cívica urbana.Por mediación desus vehementes acciones,sus comportamientos vengativos y disua-
sorios, así como a través de las participaciones indirectas de buena parte de su monstruosa
descendencia, Posidón intenta poner en jaque el orden olímpico instaurado por Zeus. Celoso
de los dominios de su poderoso hermano, busca que se sientan los efectos de su violenta cólera desplegando sus singularidades más arcaicas, aquellas que le convirtieron en un funcional dios que agita y abraza la tierra, que provoca terremotos e inundaciones. En definitiva,
se muestra como un dios que representa la virulencia de la naturaleza, la fuerza telúrica que
amenaza el orden olímpico imperante. In the main regulatory act to sustain the Olympic order, the distribution of the world with Zeus
and Hades, Poseidon corresponds the scope of the waters. His name, certain epithets and several
mythical episodes point to facets associated with deity, such as horses, bulls and earthquakes.
This multifaceted aspect, key to understanding his personality and character, also presents
an archaic and aggressive power linked to theforce of chaos, which alienates him from the urban
civic community. Through his vehement actions, his vindictive and dissuasive behaviors,
as well as through the indirect participation of much of his monstrous offspring, Poseidon
tries to put in check the Olympic order set up by Zeus. Jealous of his powerful brother’s
domain, he seeks to feel the effects of his violent anger unfolding his most archaic singu-
larities, thosethat turned him into a functional god who shakes and embraces theearth, which
provokes earthquakes and floods. In short, it shows itself as a god representing the virulence
of nature, the telluric force that threatens the prevailing Olympic order.