Optical levitation of transparent microspheres.
Author
Castro Luis, GuillermoDate
2020Abstract
Una trampa óptica es un dispositivo diseñado para confinar un pequeño
dieléctrico, esto se consigue focalizando la luz de un láser monocromático en
una pequeña región (llamada spot) con la ayuda de una lente, la cual debe estar
aislada para cubrir posibles perturbaciones externas. En este trabajo en concreto, la luz se propaga de forma vertical, perpendicular al suelo. Dos fuerzas
son las que provocarán que el objeto dieléctrico no caiga, permaneciendo levitando durante un periodo de tiempo extenso. La fuerza de dispersión, que
‘empuja’ al dieléctrico (microesfera de Sílica) ejerciendo una fuerza vertical en
el sentido de propagación de la luz láser, esta fuerza puede imaginarse como si
bombardeáramos con fotones a la microesfera; y la fuerza de gradiente, la cual
atrae al dieléctrico a la zona donde la densidad de energía de la luz es mayor,
para comprender esto es necesario puntualizar que aunque la luz procedente del
láser posee una distribución gaussiana (manteniendo una simetría más o menos
homogénea) al pasar por una lente la distribución de dicha gaussiana cambia,
focalizando en un único punto donde en comparación con sus proximidades su
valor es muy alto, es decir existe un valor máximo de gradiente en el spot y los
objetos serán atraídos hacia esa región.
A pesar de tener un funcionamiento sencillo existen bastante inconvenientes
difíciles se sortear debido a complicaciones experimentales. Lograr que una microesfera pase por una sección pequeña del espacio requiere tiempo y técnica,
además cuando esto se consiga realmente no estará situada en el spot, si no en
zonas superiores, que dependiendo de la divergencia de la trampa (un parámetro
relacionado con la fuerza de gradiente), puede alejarse de la aproximación lineal
que aborda este trabajo.
Tras construir la trampa óptica usando el material del laboratorio, y alguna
que otra pieza hecha de forma artesanal, se procede a la preparación de una
muestra. Las muestras de las que se habla no son otra cosa que microesferas,
para lograr atrapar una es necesario soltar muchas de ellas cerca del spot y
esperar que alguna pase justo por esa región tan pequeña, teniendo en cuenta
que la potencia aplicada sobre ella sea la justa como para que no caiga o salga
disparada por exceso de potencia. Para preparar dicha muestra se realiza una
mezcla de isopropanol y microesferas, con ayuda de un gotero se esparce por un
vidrio rectangular y se calienta, esperando que el isopropanol se evapore y deje
distribuida de forma uniforme las microesferas por la superficie. Experimentalmente se comprobó que si la muestra era demasiado homogénea despegarlas del
vidrio era más complicado, por lo que se intentó realizar en pequeñas aglomeraciones.
Una vez preparada la muestra, se coloca boca abajo dentro de la cabina de
confinamiento y se le propina un golpe, con lo que las microesferas consiguen
despegarse, formando con suerte una pequeña nube que pase por el spot.
Durante este trabajo se produjeron dos atrapamientos; en el primero de ellos, aunque efímero se consiguió atrapar un sistema de tres microesferas, dos
de ellas pegadas y la otra levitando sobre estas últimas. Aunque singular, este
evento no sirvió para aportar medidas, ya que era demasiado inestable, solo se
consiguió fotografiar gracias a una cámara que apuntaba al spot. El segundo y último de ellos fue más fructífero, se atrapó una sola microesfera y usando
una cámara de mayor resolución espacial se realizaron videos de su movimiento
cambiando la potencia aplicada, finalmente cayó debido a que se bajó la potencia demasiado, provocando que la esfera dejase de levitar. A continuación, se
realizó el procesamiento de los datos, el video se descompuso en fotogramas y
con la ayuda de un programa de Mathematica se hizo un rastreo del centroide
que aportaba la imagen, asignando coordenadas espaciales acorde a su posición
y de tiempo según el orden de estas. Usando Python se representaron en gráficas el movimiento de oscilación de todas las medidas tomadas, realizando un
ajuste gaussiano a la probabilidad de presencia para saber la amplitud de la
trayectoria seguida por la microesfera. No sin antes corregir fallos evidentes en
las medidas tomadas, eliminando su contribución.
Uno de los objetivos de este trabajo es calcular la fuerza y constante elástica
que caracteriza a la trampa. Para el cálculo de la constante y fuerza elástica, se
aproximó la microesfera levitando a un oscilador armónico, por lo que hallando
su frecuencia y su masa basta para conseguir los resultados. La frecuencia fundamental de oscilación se consiguió estimar haciendo una transformada rápida de Fourier, atendiendo a sus picos más altos, la masa y radio se estimó usando
la media que ofrecía el bote de muestras de microesferas de sílica.
Si bien armar una trampa óptica y ponerla a funcionar ya es un logro, antes
del inicio de la cuarentena se habían programado muchas más medidas, sencillas
de realizar con elementos ya disponibles en el laboratorio, el aspecto teórico ya
había sido estudiado y solo faltaba realizar nuevas capturas de microesferas. Se
resumen todos los conceptos teóricos y comportamiento experimental esperados
usando como referencia artículos científicos de la bibliografía. Por último, se
habla sobre las posibles mejoras realizables, para obtener mayor calidad en
futuros experimentos y abriendo posibilidades a nuevas ideas a las que sacar
partido.