El Arte, ese esfuerzo quijotesco por cambiar el mundo (empezando por el aula)

Abstract

El sistema educativo actual parece buscar una justificación para la entrada del arte en las aulas en base a su cualidad de lenguaje, dándole una pátina de utilidad, de medio para llegar a lo verdaderamente importante, entendido como el resto de las asignaturas. Resumidamente, se intenta calzar el arte dentro del sistema filocentrista actual. En 1934, John Dewey publicó el El arte como experiencia donde alertaba de la enorme brecha que existe entre Arte y Vida y que, desde entonces, no ha hecho más que ampliarse. El aula es el lugar adecuado para comenzar a restaurar esta maltrecha relación. El éxito de esta tarea pasa por incluir conceptos que definen nuestra sociedad, como su carácter de discente o transcompleja, en los métodos de enseñanza. Los Contenidos Generados por el Alumnado se revela como una herramienta que lo hace posible y, en este trabajo, propondremos desarrollarlos a través de Metodologías Artísticas de Enseñanza que permiten exprimir la mirada artística -crítica, analítica, sensible, innovadora, apasionada- para avanzar en un mundo que, afortunadamente, aún no está terminado.