Ambientada en España, Inès de Las Sierras es una obra de Charles Nodier que responde a dos intereses claves en el universo creativo del autor y que caminan de la mano en el siglo XIX: el cuento y lo fantástico. En este artículo analizamos tres elementos que contribuyen a la realización de lo fantástico en el relato: las referencias espacio-temporales, reales e históricas, que aseguran la verosimilitud de los hechos narrados; el papel del viaje como elemento estructurador del discurso fantástico; y las ruinas del castillo de Ghismondo, que no solo son un decorado gótico que prepara el advenimiento de lo irracional, sino que también son portadoras de una significación moral que sobrepasa el plano puramente visual.
