Conocimiento y percepción de las manifestaciones anticipadas de voluntades por parte del personal sanitario: ¿un documento olvidado?
Fecha
2023Resumen
El final de la vida suele ser uno de los momentos que mayor miedo y temor causa
a cualquier persona, ya sea por el desconocimiento de técnicas de afrontamiento, por el
posible dolor, tanto físico como emocional, que pueda surgir, así como por la no
posibilidad de decidir por sí mismo qué cuidados o tratamientos recibir en esos momentos
finales de su vida y, tras su muerte, el destino y uso de su cuerpo.
Sin duda alguna, la cultura europea en la que estamos inmersos afecta directa y
enormemente, pues se siguen viendo estos momentos finales como un acontecimiento
doloroso, con un gran valor trágico y caracterizado por las dificultades de afrontamiento
por parte de la persona que lo vive.
Que exista la posibilidad de que la persona que sabe que va a morir, o incluso, el
que no padece ninguna enfermedad terminal o incurable, pueda decidir su futuro, aporta,
sin duda alguna, mayor dignidad y autonomía a esta parte final del proceso de la vida. Si
buscamos que se cumplan todos los principios bioéticos que, ya en su momento,
Beauchamp y Childress citaban, debemos darle la misma importancia a cualquier
momento de la vida, desde el nacimiento, hasta la muerte, siendo el documento de
Manifestaciones Anticipadas de Voluntad (MAV) una excelente herramienta para la
consecución de dicho objetivo. The end of the life is usually one of the moments that causes the greatest fear in
any person, either due to a lack of knowledge of coping techniques, due to the possible
pain, physical and emotional, that may arise, as well as the lack of possibility of deciding
for himself what care or treatment to receive in those final moments of his life and, after
his death, the fate and use of his body.
Undoubtedly, the European culture in which we are immersed affects directly and
enormously, since these final moments are still seen as a painful event, with great tragic
value and characterized by coping difficulties on the part of the person who lives it.
The fact that there is the possibility that the person who knows they are going to
die, or even the one who does not suffer from any terminal or incurable disease, can
decide their future, undoubtedly brings greater dignity and autonomy to this final part of
the process of life. If we seek to comply with all the bioethical principles that Beauchamp
and Childress cited at the time, we must give the same importance to any moment of life,
from birth to death, being the document of Advance Manifestations of Will an excellent
tool to achieve this goal.