Todos conocemos las consecuencias del hundimiento del petrolero de bandera de Bahamas Prestige que aconteció el 19 de noviembre de 2002, uno de los mayores desastres ecológicos que hayan tenido lugar en las costas españolas en los últimos años. Pero casi 12 años después, nos hacemos la misma pregunta: ¿se podía haber evitado?. En el presente trabajo, se trata de dar una respuesta (al menos parcial) a esta pregunta.