Durante los siglos XVIII y XIX la importación de corrientes de pensamientos europeos a Rusia dio lugar a un contexto filosófico fundacional con la asimilación del concepto de progreso. La Intelligentsia no fue ajena a esta influencia, pero tampoco lo fue de la mística ortodoxa generada
como respuesta a esta asimilación. Sus roles de influencia social en el movimiento revolucionario son deudores de una paradójica tradición que creó tanto científicos y moralistas como mártires y profetas. Con el estudio objetivo de la aparición de una opinión pública y su relación subjetiva con las clases populares, hemos intentado comprender el papel de la Intelligentsia en tanto intelectuales modernos y continuadores de la noción de la especificidad del país en la búsqueda de la revolución.
