Trasgresiones corporales, Rituales de Belleza y Seres Posthumanos
Fecha
2011Resumen
Nunca como ahora el ser humano ha tenido la posibilidad tan clara y directa de transformarse
a sí mismo en otra persona. Por medio del cambio de sexo, de la cirugía plástica, de
la implantación de órganos o prótesis, podemos lograr transformar enteramente nuestro
cuerpo, aboliendo lo que creemos son debilidades e imperfecciones corporales. El cuerpo
se convertirá así en un depósito de repuestos y tejidos utilizables a su vez en otros cuerpos,
donde sería difícil incluso hablar de la propiedad corporal. El copyright corporal sería, en
cualquier caso, múltiple, adulterado y contaminado. No estaríamos hablando ya de la ciencia
ficción producida por Hollywood. Se trataría más bien, como hace Haraway, de visualizar
organismos cibernéticos, que encarnan un futuro abierto a unas diferencias, que ya no pueden
ser negadas ni reprimidas fácilmente, y de aceptar sin remilgos la posibilidad de ambigüedades
en cuanto a la unión entre organismo y tecnología, entre naturaleza y cultura, y entre
ciencia ficción y realidad social. Estaríamos hablando de la inauguración de lo poshumano
a lo que no son ya ajenas las prácticas y discursos de los médicos, los deportistas, los artistas,
los científicos o los propios antropólogos. Never before has man had such a clear and direct opportunity to transform itself into another
person. Through the exchange of sex, plastic surgery, implantation of organs or prostheses
can achieve entirely transform your body, abolishing what we believe are weaknesses and
imperfections body. The body will thus become a reservoir of spare parts and tissues used
in turn in other bodies, where it would be difficult even to talk about body ownership. The
copyright body would in any event, Multiple, adulterated and contaminated. Not talking
about science fiction and produced by Hollywood. It would rather, as Haraway does, to
display cyber agencies, which embody a future open to differences, which can not be denied
or suppressed easily, without fuss and to accept the possibility of ambiguities regarding the
union between body and technology, between nature and culture, and between science fiction
and social reality. This would be the inauguration of the post-human to what other people
are no longer practices and discourses of doctors, athletes, artists, scientists or anthropologists
themselves.