A Search for the Meaning of Life: James A. Michener, Youth, and Eternal Spain
Author
DeStephano, MarkDate
2019Abstract
Este artículo examina la obra Iberia de James A. Michener como uno de los mejores libros
escritos durante el siglo xx acerca de España. Durante un período de más de cuarenta años
Michener hizo muchas visitas a España, llamándola «mi segundo hogar», y, a través de sus
viajes a casi cada rincón del país, ayudado por miles de conversaciones que había mantenido
con españoles de los más prominentes a los más pobres, Michener tejió un tapiz extraordinario
de España y su gente. Sus investigaciones y sus lecturas exhaustivas, que aparecen
en cada página de Iberia, le facilitaron a Michener escribir la que posiblemente sea la mejor
crónica en un volumen de cada aspecto de la civilización española, desde su historia, cultura,
comida, música, arte, filosofía y literatura a la tauromaquia, los festivales, la política, la
lengua e incluso el pundonor. Por último, Iberia es el testimonio del amor de toda la vida
de un americano que una vez fue a España, pero cuya alma nunca la dejó, sobre todo en el
momento de la crisis más grande de su vida. This article will examine James A. Michener’s Iberia as one of the finest books written
during the twentieth century on Spain. During a period of over forty years, Michener made
numerous trips to Spain, calling it his «second home», and, through travels to virtually every
corner of the nation, aided by thousands of conversations with Spaniards from prominent
to poor, Michener pieced together a fascinating collage of Spain and its people. His exhaustive
research and reading, brought to bear on every page of Iberia, enabled Michener
to write what is very possibly the most definitive one-volume chronicle of every aspect of
Spanish civilization, from history, culture, food, music, art, philosophy, and literature, to
bullfighting, festivals, politics, language, and pundonor. Finally, Iberia is a testimony to a
lifelong love affair of an American who once went to Spain but whose spirit never left it,
especially in the moment of his greatest personal crisis.