La democracia representativa y los partidos políticos: ¿son la prohibición del mandato imperativo y el transfuguismo limitadores de su capacidad?
Autor
Mateo Morales, AlejandroFecha
2020Resumen
La Constitución Española establece un sistema democrático y
representativo, donde los partidos políticos forman parte de las instituciones
públicas, siendo elegidos a través de las elecciones en todo el Estado. El
pluralismo político, a pesar de que es un valor constitucional del
Ordenamiento, no permite a los partidos políticos, imponer sus decisiones
institucionales a sus cargos. Gracias a un principio constitucional, la
prohibición del mandato imperativo, que garantiza una serie de derechos
como son la libertad de voto o la permanencia en el cargo.
Este hecho implica que los representantes se mantienen en el cargo a pesar
de su expulsión, porque son considerados representantes de toda la Nación
(y por extensión, del resto los ámbitos territoriales). El efecto de romper la
relación con los votantes, y el partido, ya sea por abandono o expulsión del
partido político, pero, continuando el representante en el cargo, es
consecuencia de una situación que se conoce como transfuguismo. El
transfuguismo es una deslealtad grave, que, por lo general, no existe
verdaderas motivaciones ideológicas, en las que el político lleva a cabo
acciones u omisiones directas contra el partido. Esto favorece la corrupción
e implica un falseamiento de la representación.
En definitiva, tanto la prohibición del mandato imperativo como el
transfuguismo, son dos situaciones que afectan y limitan el poder del que
disponen habitualmente, en el ejercicio de sus funciones, los partidos
políticos. Estos fenómenos también provocan conflictos de carácter
político, judicial y social, que ponen en cuestión la credibilidad de nuestro
sistema democrático The Spanish Constitution establishes a democratic and representative
system, where political parties are part of public institutions. Political
representatives are elected through elections in different territorial areas.
Political pluralism is a constitutional value of the current law, but this value
does not allow political parties to impose their decisions on their
institutional positions. The prohibition of the imperative mandate is a
constitutional principle, which involves a series of rights such as freedom
of vote or permanence in the post.
This fact means that public representatives remain in their posistions, even
if they would be expelled from their political parties, because they are
considered representatives of the entire Nation (according to jurisprudence).
It happens so that when the relationship between the public representative
and his voters and his party breaks down, but the politician decides to keep
his position, the phenomenon of party defection occurs. Party defection is a
serious disloyalty, by direct action or omission against the party. This
phenomenon favours political corruption and implies a distortion of
representation.
In short, both the prohibition of the imperative mandate and the Party
defection are two situations that affect and limit the power that political
parties usually have in the exercise of their functions. These circumstances
also lead to conflicts of a political, judicial and social nature, which call
into question the credibility of our democratic system.