Antiguos bosques de las Islas Canarias: métodos y técnicas para la reconstrucción de la vegetación
Date
2016Abstract
La Paleoecología es el estudio de las relaciones entre los organismos del pasado y los ambientes en los que vivían, mediante el análisis de fósiles y de los sedimentos en los que dichos fósiles se han preservado (Birks y Birks, 1980). Los fósiles son restos de organismos del pasado o indicadores de su actividad que se preservan con el paso del tiempo. Los fósiles de origen vegetal, en particular, se utilizan para reconstruir la vegetación del pasado y para determinarla influencia que los factores geológicos, climáticos, bióticos o antrópicos han tenido sobre las comunidades vegetales a lo largo del tiempo.
Existen numerosos tipos de restos vegetales que pueden encontrarse en secuencias sedimentarias y que sirven para identificar las especies vegetales que habitaban en una determinada zona en el pasado. De acuerdo con su tamaño podemos diferenciar los macrofósiles vegetales, es decir aquellos que pueden ser identificados bajo la lupa (hojas, flores, frutos, semillas, maderas, carbones, etc.) y los microfósiles vegetales (granos de polen, esporas de helechos y briófitos, fitolitos, diatomeas, etc.), cuyo tamaño es tan pequeño que necesitan ser observados al microscopio. Otros fósiles de origen vegetal se pueden utilizar como indicadores de incendios ocurridos en el pasado (carbones, esporas de hongos asociadas a materiales quemados), o indicadores que proliferan como resultado de las actividades humanas,por ejemplo con la eutrofización de lagos (algas), la presencia de herbívoros domésticos (esporas fúngicas), o el incremento de incendios (carbones), además de indicadores de cambios en las propiedades físico-químicas de los lagos como resultado de cambios climáticos (diatomeas, algas)(Smol et al., 2001).
Junto con los indicadores fósiles se suelen utilizar otros indicadores paleoambientales que implican el estudio de la propiedades físicas y químicas de los sedimentos. Los análisis geoquímicos indican procesos de erosión, alternancia de periodos húmedos y secos, o variaciones en los niveles de ciertos elementos químicos que a su vez pueden relacionarse con la contaminación antrópica. Las medidas de la susceptibilidad magnética detectan variabilidad en los procesos erosivos, y pueden asociarse a modificaciones de la cobertura vegetal o a determinados fenómenos climáticos. Otra propiedad de los sedimentos es la proporción de isótopos estables, que puede usarse como indicador de la temperatura del pasado, la aridez, y la concentración de CO2 atmosférico (Anderson et al., 2007).
Por último, es esencial proveer de un marco temporal a las secuencias que contienen los fósiles para poder interpretar los procesos ambientales de forma ordenada en el tiempo. Para ello se aplican diferentes métodos de datación (datación radiométrica, paleomagnetismo, termoluminiscencia, o bioestratigrafía), dependiendo del material y del periodo de edad aproximado que se pretenda datar. La técnica más utilizada para el Holoceno (los últimos 11500 años de historia de La Tierra) es la datación por radiocarbono, basada en la tasa de descomposición radiactiva del carbono-14 (14C)que se encuentra en todos los organismos vivos (Roberts, 1998), y que se puede aplicar sobre materiales diversos (madera, carbones, semillas, huesos, dientes, conchas, fibras vegetales, etc.)