Solidaridad y medio ambiente se han convertido en palabras habituales de uso cotidiano. Lo que hace años quedaba restringido a ámbitos muy concretos de la Universidad o de entidades dedicadas a la ayuda y a la cooperación, se han trasladado en la actualidad a prácticamente todos los estamentos, impregnando proyectos, planes e incluso políticas y generando actuaciones en lugares diversos.