Sir Joseph Hooker on Insular Floras: human impact and the natural laboratory paradigm
Date
2020Abstract
En 1866 el botánico Joseph Dalton Hooker (1817-1911) impartió una conferencia a la
Sociedad Británica para el Avance de la Ciencia en Nottingham, titulada Floras insulares.
Esta conferencia ha sido catalogada como «la primera declaración sistemática de la importancia
de las islas para estudios evolutivos». Como tal, puede decirse que contribuyó al
desarrollo del concepto de las islas como «paradigma de laboratorio natural», que contempla
estas como modelos sistémicos para el estudio de ecología y evolución. La conferencia de
Hooker también subrayó la existencia de otro elemento clave en la configuración del patrón
de la biodiversidad insular, concretamente, el impacto humano. Cuándo y cómo puede el
impacto humano comprometer su utilidad como «laboratorio natural». Hasta el momento
se han postulado no menos de ocho carencias, o faltas de conocimiento, que impactan los
estudios de biodiversidad. En este trabajo proponemos una nueva carencia, la hookeriana,
para considerar la incertidumbre de que los patrones de biodiversidad observados respondan
más a procesos naturales que impactos antrópicos. In 1866, the botanist Joseph Dalton Hooker (1817-1911) delivered a lecture to the British
Association for the Advancement of Science in Nottingham, U.K. entitled Insular floras. The
lecture has been described as “the first systematic statement of the importance of islands for
evolutionary studies”. As such, it can be seen to have contributed to the development of the
“natural laboratory paradigm” that views islands as model systems for studying ecology and
evolution. Hooker’s lecture also highlighted another key driver in shaping island diversity
patterns, namely human impact. How and when does human impact compromise the utility
of islands as ‘natural laboratories’ for studying evolution? To date, no fewer than eight
“shortfalls” –knowledge gaps that impact on studies of biodiversity– have been described.
In this paper, we suggest that a further shortfall is in order –a Hookerian shortfall– to
account for uncertainty in the extent to which biodiversity patterns reflect natural rather
than anthropogenic processes.