El casco histórico de La Laguna fue condicionado y conformado por la combinación de algunas variables contextuales, atendiendo a cinco criterios: el drenaje de las aguas (el más importante); la adecuación a la trayectoria solar (aprovechando el calor y la luz); la protección frente a los vientos dominantes; la posible impronta que los aborígenes habían dejado en este lugar; y el diseño urbano de las ciudades romanas.