Este artículo analiza el problema de la identidad en la literatura quebequesa en los últimos veinte años a través de dos novelas de escritoras de procedencias muy distintas que publican su obra en lengua francesa: Michèle Plomer y Ying Chen. En el mundo globalizado actual, las temáticas literarias se mezclan hasta tal punto que la lengua en la que se escriben constituye la única base común que las identifica y singulariza.