La crisis provocada por la COVID-19 generó incertidumbre entre los niños y niñas
con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) y sus familias, afectando
negativamente a su calidad de vida (Muñoz y Lluch, 2020). Entres las dificultades
detectadas estaban la socialización y la aparición de sentimientos de frustración o
aburrimiento, siendo un grupo vulnerable. La COVID-19 ha afectado a la salud
fisica, emocional y psicológica de los niños y niñas, incluyendo a aquellos con TEA.
Las medidas de prevención generaron problemas emocional, altos niveles de
ansiedad, estrés, angustia e irritabilidad, así como problemas conductuales y
dificultades de autorregulación en personas con TEA (Eshraghi et al., 2020). En este
contexto, se realizó la presente investigación21 para conocer la autopercepción de la
calidad de vida de los niños y niñas con TEA y la percepción de sus familias.
