Gothic Nature in Fantasy Fiction: The White Walkers as Dreadful Agents of Nature in Game of Thrones
Author
Walder, AylinDate
2024Abstract
By applying Elizabeth Parker’s seven theses (2020) to Game of Thrones as the keys to identify-
ing Gothicised spaces, I assert that the icy and eerie environment north of the Wall manifests
as Gothic Nature insofar as it fulfills all seven ways in which nature can become a Gothic
threat: the northern space represents a hostile environment, associated with a postcolonial
past, and connected to the human unconscious. The second part focuses on the creation of
the White Walkers as Nature’s agents and their portrayal as dreadful entanglements that alter
(non)human life. Introducing the notion of transcorporeality, the dualism human/nonhuman
is deconstructed –since the White Walkers aren’t naturally born but created out of sacrificed
human babies. The White Walkers and their army become one singular monstrous hyperobject
that foregrounds how humanity is “at the mercy of larger forces of nature” (Smith and Hughes
2013, 6). The story reflects our responsibility for climate change. Following Gothic tradition,
the dark ecology (Morton 2016) in the saga blurs “the lines between the terror sublime and the
uncanny” (Tibbetts 2011, 5), thereby, the agency of Gothicised Nature is foregrounded and
the White Walkers are established as mirrors for our anxieties about the future of our planet. A través de la aplicación de las siete tesis de Elizabeth Parker (2020) a Juego de Tronos como herramientas para identificar espacios góticos, sostengo que el gélido y aterrador entorno al norte del Muro se configura como una manifestación de la Naturaleza gótica, ya que cumple con las siete características en las que la naturaleza puede convertirse en una amenaza gótica. El espacio norteño se presenta como un entorno inhóspito, vinculado a un pasado postcolonial y relacionado con el inconsciente humano. La segunda parte del análisis se enfoca en los Cami-
nantes Blancos como agentes de la Naturaleza y su representación como fuerzas terribles que transforman la vida (y la no vida) humana. Al introducir el concepto de transcorporealidad, se
desmantela el dualismo entre lo humano y lo no humano, pues los Caminantes Blancos no son fruto de un nacimiento natural, sino que se originan a partir de bebés humanos sacrificados. Los Caminantes Blancos y su ejército constituyen un hiperobjeto monstruoso que resalta cómo la humanidad está “a merced de fuerzas mayores de la naturaleza” (Smith y Hughes 2013, 6).
Esta narrativa refleja nuestra responsabilidad en el cambio climático. En consonancia con la tradición gótica, la ecología oscura de la saga, difumina lo que Morton considera “las líneas
entre el terror sublime y lo siniestro” (Tibbetts 2011, 5), destacando la agencia de la Naturaleza gótica y presentando a los Caminantes Blancos como un reflejo de nuestras ansiedades sobre el futuro del planeta.