En la Unión Europea, existe un desequilibrio entre los modos de transporte y se produce en el continente una saturación continua de las infraestructuras terrestres. Por ello, desde hace años, se intentan llevar a cabo alternativas que permitan un transporte más sostenible, capaces también de traspasar gran parte de la copiosa carga que sobrelleva el transporte por carretera. De esa base, surge el Transporte Marítimo de Corta Distancia: un transporte alternativo que logra complementar al terrestre, ofreciendo ventajas atractivas para los clientes y contribuyendo enormemente al desarrollo económico de la Unión.