La música y la literatura
Autor
Diallo, MamadouFecha
2024Resumen
La relación entre música y literatura parece caracterizarse por la vacilación, un cambio
constante entre la rivalidad y la imitación deliberada. Cada una de estas dos artes reclama lo
que podría llamarse una "expresividad" superior: mientras que el lenguaje puede reclamar el
poder del logos, la música tiene fama de ser más capaz que el lenguaje para expresar ciertas
emociones, ciertos sentimientos. Sin embargo, este poder superior de expresión, si no se
puede transponer a las palabras, se confiere a estas últimas sólo intuitivamente. Por el
contrario, el lenguaje, sea o no considerado en su especificidad literaria, está
irremediablemente limitado por su apego al significado, de una manera y en diversos grados
condenada a la pobreza de la transparencia. Por lo tanto, el acercamiento entre la música y la
literatura no es necesariamente evidente.
En la lógica de la estrecha relación que siempre ha existido entre el arte del verbo y el de los
sonidos, sólo podemos notar que, a lo largo del siglo XX hasta hoy, el acercamiento se ha
acelerado; Estimulados simultáneamente por la evolución de la palabra escrita y la aparición
de nuevas familias musicales, incluso se han multiplicado. El arte de usar palabras y hacer que
las notas suenen siempre ha ido de la mano. Más que un matrimonio de conveniencia, es
incluso un matrimonio de amor, encontrando su lógica y su razón de ser en los folclores más
antiguos. Para encontrar los primeros vestigios de esta unión sagrada entre la palabra y los
sonidos, podríamos incluso remontarnos mucho más atrás, varios siglos antes de Cristo, ya
que hoy según Pascal Bussy, sabemos que los textos como las historias épicas de la "Ilíada" y
la "Odisea" del poeta griego Homero fueron originalmente cantados y no simplemente
contados o recitados.
Este TFM, que es la literatura y la música que queremos desarrollar, siempre ha suscitado
debate en el mundo de las artes y, sin embargo, tiene una importancia capital. Comparar la
literatura con la música parece ser una tarea banal y peligrosa. Porque la fraternidad de estas
dos artes parece, a fuerza de evidencia, prescindir de los comentarios y, sin embargo, evade
nuestras capturas. Así, por ejemplo, nadie negará que la literatura y la música se muevan en la
dimensión del tiempo, y que ambas necesiten tiempo para existir. Como la música, la
literatura se eleva en silencio y escucha el tiempo. Al igual que la música, diseña el tiempo,
nos da al amor, antes de cerrar un silencio que espera sea más rico y significativo. Al igual
que la obra musical y para decirlo aún más simplemente, la obra literaria tiene un principio y
un final, que no se puede decir de una estatua o una pintura.