El aumento de la escolarización en Educación Infantil y la disminución de las tasas de abandono temprano: dos indicadores que favorecen las políticas de inclusión
Fecha
2018Resumen
No se entiende hoy un sistema educativo de calidad si no incluye políticas encaminadas a mejorar las
oportunidades educativas de todos los estudiantes.
En todos los casos, los sistemas deben evolucionar favoreciendo las características personales y, a la vez,
integrando las diferencias económicas, sociales, culturales, religiosas de cada país. Esta pluralidad solo
tendrá verdadero sentido si se presentan como oportunidades y, en definitiva, como un camino necesario
para lograr la inclusión, para mejorar y evolucionar.
Para que cada sociedad alcance una mayor igualdad, tanto la educación como la formación juegan un
papel determinante. En la Unión Europea, la Comisión en materia de educación y formación ha propuesto,
de cara al 2020, la consecución de seis objetivos. Entre ellos se anuncia la importancia que tiene mejorar
la escolarización de las etapas de educación infantil así como las tasas de abandono prematuro. Concretamente,
en el próximo bienio, las cifras de niños y niñas en edad preescolar de más de cuatro años deben
alcanzar el 95% y, por otro lado, se debe lograr reducir por debajo del 10%, el abandono temprano de
escolares en la educación y la formación.
Este estudio analiza estos dos indicadores, viendo su evolución en diversos países y reconociendo la relevancia
que pueden tener ambos, ya directa o indirectamente, en los procesos de inclusión y en su optimización.
Aumentando el primero y disminuyendo el segundo se favorecen las medidas relacionadas con la
proporcionalidad y la equidad educativa. La elección de estos dos ámbitos tiene su explicación en el propio
concepto de inclusión y en las dimensiones asociadas al mismo.
¿Sería acertado indicar que aquellos países que tienen mejores cifras en materia de educación infantil y de
abandono temprano tienen también mejores datos acerca de la calidad educativa y, por consiguiente, en
materia de inclusión? Buscamos algunos ejemplos que nos ayuden a entender y explicar estos argumentos
aunque, realmente, no parece oportuno considerarlos como hechos absolutos pero sí relacionados. The development of education systems should promote personal characteristics in all cases while, at the
same time, integrating the economic, social, cultural, and religious differences within each country. This
diversity will only have real meaning if it is presented as an opportunity and ultimately, as a necessary inclusionary
path for improvement and growth.
Education and training play a decisive role in achieving greater social equality. In the European Union, the
Education and Training Commission has proposed six benchmarks to be met by 2020. These include improving
schooling provision for the early stages of primary education, as well as improving early drop-out rates.
Specifically, in the next two years, at least 95% of children (from 4 to compulsory school age) should participate
in early childhood education school; and the rate of early leavers from education and training aged
18-24 should be below 10%. This study analyses these two indicators by looking at how they have fared in
different countries and recognising their direct or indirect impact in the optimisation of inclusion processes.
Increasing the first indicator while decreasing the second encourages measures related to proportionality
and educational equality. The choice of these two areas can be explained by the concept of inclusion and
its associated dimensions.
Would it be accurate to say that those countries that have better figures in terms of early childhood education
and early school drop-out rates also have better data in terms of educational quality and, consequently,
of inclusion? This paper provides some examples to gain a better understanding of these arguments, since
it does not seem appropriate to consider them in isolation but rather as interrelated aspects.