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dc.contributor.advisorGonzález Chávez, Carmen Milagros 
dc.contributor.authorRobles Durán, Laura Gabriela
dc.date.accessioned2019-12-03T14:55:28Z
dc.date.available2019-12-03T14:55:28Z
dc.date.issued2019
dc.identifier.urihttp://riull.ull.es/xmlui/handle/915/17604
dc.description.abstractHasta el siglo XVIII el paisaje fue considerado un género menor. La irrupción del Romanticismo en el panorama artístico y cultural a finales del siglo tiene como resultado una revalorización de la pintura de paisaje, que se convertirá en el arte decimonónico por excelencia. Los románticos no pintan paisajes por el simple deseo de plasmar la exuberante vegetación, las grandes montañas y los mares agitados en el lienzo, sino que atribuyen a la naturaleza un simbolismo que permite comunicar su mundo interior y sus emociones más profundas. La concepción panteísta de la naturaleza hace que los pintores encuentren en estas imágenes la manifestación de lo divino, del Dios creador. Lo importante no será la religión como dogma, sino el deseo primigenio de retornar a la naturaleza, de alcanzar una realidad superior y unirse finalmente con la divinidad.
dc.format.mimetypeapplication/pdf
dc.language.isoes
dc.rightsLicencia Creative Commons (Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 4.0 Internacional)
dc.rights.urihttps://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/deed.es_ES
dc.titleEl paisaje sublime. La naturaleza trágica en la pintura del Romanticismo.
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/bachelorThesis


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