La escultura. Engañando a la gravedad
Fecha
2021Resumen
La escultura no es capaz de producir escenas tan complejas como lo hace la pintura, salvo
el relieve que a través de los distintos planos crea la ilusión de la perspectiva y la narración.
Y no se trata aquí de establecer criterios conceptuales a la manera de El Paragone, sino más
bien la posibilidad de descubrir las capacidades constructivas de la escultura a la hora de
concebir ciertas propuestas, como la representación de los contenidos por medio de la masa, la
altura y la profundidad, es decir, de la tridimensionalidad. Ya en el pasado se esforzaron por
obtener resultados tan complejos como el desafío a la gravedad (engañando a la gravedad),
por medio del efecto óptico, del color, del movimiento, de la luz y de otros componentes. La
Niké de Peonio, el Éxtasis de Santa Teresa de Bernini, la Anunciación de Günther o muchas
de las obras realizadas por Canova, Orrico, Quinn, Bethencourt, etc., son muestras de esos
alardes profesionales, dependiendo siempre de los materiales utilizados. La etapa barroca es
la más fecunda en la producción de estos fines escultóricos, creando, como lo hizo Quirin
Asam, auténticos montajes teatrales en los que los personajes parece que flotan. Sculptures are not capable of creating as complex scenes as painting does, except sculptural
relief that creates the illusion of perspective and narration through the different planes.
And it is not a question of establishing conceptual criteria in the manner of El Paragone,
but rather discovering the constructive possibilities of sculpture in certain proposals, such
as the representation of content through mass, height and depth, that is, the three-dimensionality. Already in the past, sculptors made an effort to obtain complex results such as
the challenge to gravity (deceiving gravity), by means of optical effects, the colour, using
movement, light and other components. The Niké by Peonio, the Ecstasy of Saint Teresa by
Bernini, the Annunciation by Günther or many of the works by Canova, Orrico, Quinn,
Bethencourt, etc. are samples of those professional boasting, always depending on the
materials used. The Baroque period is the most fruitful stage in the production of these
sculptural purposes, creating, as Quirin Asam did, authentic theatrical productions where
the characters seem to float.