Caracterización multidimensional del deterioro cognitivo subjetivo: estudio de perfiles y progresión clínica en función de variables clínicas, cognitivas, de neuroimagen y factores genéticos
Autor
Díaz Galván, PatriciaFecha
2019Resumen
A lo largo de los últimos años, el índice de enfermedades y trastornos asociados
al envejecimiento ha aumentado exponencialmente como resultado del aumento de la
esperanza de vida y el consecuente envejecimiento progresivo de la población mundial
(Kowal, Goodkind, & He, 2016). Uno de los trastorno asociado al envejecimiento con
mayor incidencia es la demencia, que puede manifestarse de diferentes formas, siendo
la más común la Enfermedad de Alzheimer (EA), representando alrededor del 75 % de
los casos. Tan solo en España, se estima que entre 500,000 y 800,00 adultos presentan
esta patología (Estado del Arte EA - Publicaciones - CEAFA, 2017).
La demencia constituye un síndrome clínico caracterizado por el deterioro
progresivo de múltiples procesos cognitivos (p.e. memoria, funciones ejecutivas,
lenguaje,…), lo suficientemente grave como para producir interferencia en el
funcionamiento social y profesional diario de las personas afectadas (American
Psychiatric Association [APA], 2000). Por ello, se ha convertido en la mayor causa de
dependencia funcional e institucionalización de personas de edad avanzada, con el
consiguiente impacto a nivel social y económico. Por este motivo, la Organización
Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional de la Enfermedad de
Alzheimer (Alzheimer’s Disease International, ADI), reconocen la demencia como una
prioridad en la agenda global sobre salud pública (World Health Organization [WHO],
2012), invirtiendo numerosos recursos en investigar sobre sus causas, prevención y
tratamiento. En este sentido, uno de los principales retos en la investigación actual sobre
demencia es generar marcadores multidimensionales que detecten la presencia del
proceso neurodegenerativo lo más tempranamente posible, incluso antes de que se
manifiesten los primeros síntomas clínicos de la demencia, es decir, en las llamadas
etapas preclínicas de la enfermedad En este contexto, en los últimos años surge un especial interés hacia las quejas
cognitivas subjetivas como posibles indicadores comportamentales tempranos de
neuropatologías subyacentes. En esta línea, en 2014, se establece el concepto de
Deterioro Cognitivo Subjetivo (DCS) para hacer referencia a la condición en la que una
persona percibe empeoramiento en su funcionamiento cognitivo pero se objetiva un
rendimiento normal en pruebas neuropsicológicas formales (Jessen, Amariglio, van
Boxtel, et al., 2014). Este nuevo concepto y categoría diagnóstica gana importancia en
los últimos años ante resultados obtenidos en estudios epidemiológicos, que evidencian
una mayor incidencia de deterioro cognitivo patológico en personas que previamente han
experimentado DCS (Jessen, Wolfsgruber, et al., 2014a; Kaup, Nettiksimmons, LeBlanc,
& Yaffe, 2015; Mitchell, Beaumont, Ferguson, Yadegarfar, & Stubbs, 2014b; Reisberg,
Shulman, Torossian, Leng, & Zhu, 2010; Ronnlund, Sundstrom, Adolfsson, & Nilsson,
2015). Al mismo tiempo, también se han encontrado asociaciones positivas entre las
quejas cognitivas y la presencia de biomarcadores de diferentes neuropatologías,
incluyendo la EA (Amariglio et al., 2012a; Cantero, Iglesias, Van Leemput, & Atienza,
2016; Perrotin, Mormino, Madison, Hayenga, & Jagust, 2012; Saykin et al., 2006),
enfermedad cerebrovascular (Haley et al., 2009), o la enfermedad de Parkinson (Erro et
al., 2014), entre otras