La barrilla o hierba de vidrio se recolectó y transformó en piedra y cenizas en la zona sur Tenerife desde mediados del s. XVI. La zona de Garachico controló la contratación de la producción, centrada en el litoral comprendido entre el puerto de Jubeteros y el de Santiago. Desde esa área se exportó a Andalucía y Lisboa para la fabricación de vidrio, y asimismo en esa fecha funcionaron al menos dos hornos de vidrio en la isla, cuya actividad intentó controlar el Cabildo por el perjuicio ocasionado al monte.