Desde la introducción del Bioglass® por Hench en 1970, los vidrios bioactivos han sido
ampliamente investigados. Estos sistemas de vidrio amorfos muestran un comportamiento
bioactivo, con gran capacidad de unión a tejidos, tanto duros como blandos, a través
de reacciones complejas que dan lugar a interfaces fuertes y compatibles. Su excelente
biocompatibilidad, osteoconductividad y osteoestimulación han permitido su utilización
clínica en gran variedad de aplicaciones médicas. En este capítulo se revisan diferentes aspectos
relacionados con estos biomateriales, y en particular, sus propiedades antibacterianas,
potencialmente beneficiosas para sus aplicaciones clínicas.