Política monetaria del BCE a raíz del COVID-19 y la guerra de Ucrania y Rusia
Autor
García Rodríguez, RubénFecha
2024Resumen
La política monetaria de la eurozona, liderada por el BCE, es la encargada con sus herramientas
tradicionales y no tradicionales, de alcanzar el objetivo de estabilidad de precios en torno al 2%.
Desde 2014 BCE mantuvo una política monetaria expansiva, perpetuando los tipos de interés
negativos y compatibilizando con una elevada expansión monetaria. Esta prolongada política
monetaria laxa, y el shock, primero del COVID y después de la guerra, provocaron un aumento de los
precios hasta el 11% en 2022, motivo por el que se han aumentado los tipos de interés hasta un 4,5%
(2024), retirando la liquidez excesiva del sistema.
De esta manera, se cancelan los instrumentos que se arbitraron como consecuencia de la crisis
financiera de 2008, en la que el BCE jugó el papel de banco de bancos, evitando el hundimiento del
sistema financiero, y donde trató de contener el gasto público.
Esta situación inusual refleja un enfoque extraordinario frente a la crisis provocada por el COVID-19 y
la guerra, lo que plantea desafíos para la estabilización de los precios y el crecimiento económico en la
eurozona. The monetary policy of the eurozone, led by the ECB, is responsible, with its traditional and
non-traditional tools, for achieving the price stability objective of around 2%.
Since 2014, the ECB has maintained an expansive monetary policy, perpetuating negative interest
rates and making it compatible with high public spending. This lax monetary policy, and the supply
shock generated by the war crisis, increased prices by 11% in 2022, which is why interest rates have
been increased to 4.5% (2024), to withdraw excessive liquidity of the system.
In this way, the instruments that were arbitrated as a consequence of the 2008 crisis are canceled, in
which the ECB plays the role of bank of banks, to try to avoid the collapse of the financial system, and
where there is a considerable increase in the public spending.
This unusual situation reflects an extraordinary approach to the crisis caused by COVID-19 and war,
posing challenges for price stabilization and economic growth in the eurozone.